Blog-Devesa&Calvo (43)

La planificación patrimonial consiste en elaborar anticipadamente un modelo de actuación para organizar y dirigir la gestión de parte o de la totalidad del patrimonio presente o futuro de una persona, con la finalidad de mantener o incrementar su valor, y lograr su transmisión ordenada a quienes deban recibirlo cuando se produzca el fallecimiento del titular o la voluntad de éste de donarlo en vida.

En nuestra práctica profesional, es triste observar cómo, empresas y patrimonio familiar que han costado mucho conseguir a sus fundadores, atraviesan después serios problemas de tesorería con el cambio generacional por una incorrecta planificación del patrimonio desde el punto de vista legal y fiscal.

Por ello, aunque la planificación patrimonial parezca muy sofisticada, no es una materia que concierna únicamente a ciudadanos con altos ingresos, sino que es un tema que debería interesar a todos, y especialmente a las empresas familiares (PYMES), ya que la planificación patrimonial permite anticiparse a los problemas y ordenar las consecuencias de lo inevitable.

Todo el mundo se hace preguntas como ¿Qué pasará con mis bienes cuando yo no esté? ¿Y con mi empresa? ¿Mi cónyuge estará protegido si me pasa algo? ¿Y mis hijos? ¿Lo mejor es que mis hijos hereden a partes iguales?

Nuestro ordenamiento jurídico ofrece multitud de fórmulas jurídicas que permiten regular en vida las consecuencias de preguntas como las anteriormente formuladas. Y si nosotros no regulamos expresamente dichas consecuencias, será la norma quien lo haga, nos parezca bien o no el resultado de la aplicación de la misma.

Es más, coger las riendas y planificar nuestra situación patrimonial, tanto a nivel legal como fiscal, es el modo más sencillo de evitar conflictos familiares y de aportar tranquilidad a nuestro entorno personal y empresarial.

Para obtener una buena planificación se debe realizar un análisis de la situación patrimonial y familiar, y se elegirá la fórmula o fórmulas que mejor se adapten a nuestra situación para dejar bien atado legalmente todo el patrimonio. Dichas fórmulas están basadas en la economía de opción, por lo que tras detectar las posibles ineficiencias fiscales, como, por ejemplo, una elevada carga fiscal en el IRPF o en el Impuesto Sobre el Patrimonio, o en el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, se implementarán las fórmulas jurídicas que se hayan escogido y se obtendrá la deseada eficiencia fiscal con escrupuloso a la legalidad vigente.

Entre las posibles herramientas jurídicas a utilizar para una buena planificación patrimonial están las donaciones en vida, el usufructo, los testamentos, los pactos sucesorios, los fideicomisos, las capitulaciones patrimoniales, los seguros, las reorganizaciones empresariales, los protocolos familiares y un largo etcétera.

La planificación patrimonial en la empresa familiar es también una de los aspectos claves y más importantes a la hora de abordar un protocolo de empresa familiar.

En definitiva, y aunque no resulte fácil reflexionar sobre estos temas, la planificación patrimonial es un acto de responsabilidad que nos evitará problemas presentes y futuros en nuestro entorno familiar y empresarial,  e igualmente  nos proporcionará una cuantiosa reducción en nuestra carga tributaria.

 

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